A qué peligros se enfrentan los fumadores pasivos?

Publicado por: @lnkvrd el 11 junio, 2014
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Es común que veamos como verdugos a los fumadores si es que nosotros mismos no fumamos. Criticamos fácilmente sus decisiones y nos conformamos con simplemente no hacerlo aunque convivamos con algún fumador muy de cerca. Pensamos que el que fuma es el que se hace daño y como nosotros no lo hacemos, estamos a salvo. Error! te contamos porqué el ser un fumador pasivo puede ser tan peligroso o quizás más que una persona que consume regularmente.

Seguramente has visto los comerciales y publicidad en general que afirma como el consumir tabaco es perjudicial para tu salud, y realmente los efectos en el organismo son impresionantes. Pero además de eso, podemos contarte que el humo del cigarrillo que no es inhalado por el consumidor si no que se despide al aire, es aún peor que el que llega directamente inhalado. Ese humo no inhalado contiene unas sustancias supremamente tóxicas, como el óxido de nitrógeno y el monóxido de carbono, aseo como otras sustancias altamente cancerígenas como el alquitrán y el benceno.

Así es que no tienes que ser un fumador regular y activo para correr con unos riesgos muy altos. Las incomodidades que surgen al rededor de una actividad como estas, son muchas. Entre ellas están la irritación de los ojos, la garganta y la nariz. Hay quienes incluso les produce náuseas e indigestión en general. A partir de esto se pueden generar complicaciones como algunas enfermedades respiratorias, entre ellas el asma o una bronconeumopatía. El cáncer de pulmón es una consecuencia terrible, y los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares aumentan en un 25%. También existen el riesgo de otro tipo de cánceres asociados al tabaquismo, y son el cáncer de laringe, de vías respiratorias superiores, de páncreas y de cuello uterino.

Fumar alrededor de un niño puede resultar muy peligroso para él, pues sus pulmones son más pequeños, delicados y aún no tienen un sistema inmunológico desarrollado y fuerte que les permita defenderse. Respirar esas cantidades de humo en cuerpo tan pequeño hace el doble de daño que el que le produciría a un adulto.

La interacción social se complica también, pues una persona que huele a cigarrillo fuertemente (repetimos, sin si quiera haber fumado uno solo) es susceptible de ser rechazada por otros pues no se trata de un olor a rosas precisamente.

Es muy importante tratar de evitar estar cerca de personas que fuman, aunque entendemos que pueden ser familiares o incluso un cónyuge lo que lo haría difícil, peor se puede intentar hacer una acompañamiento y apoyo a estas personas para que traten poco a poco de dejarlo. Si ellos entienden los riesgos para la familia, amigos y personas a su alrededor tal ves sea más fácil que abandonen el hábito.