Respirar te mantiene vivo, respirar bien te puede cambiar la vida

Publicado por: @lnkvrd el 15 marzo, 2016
respirar

Como muchas funciones corporales respirar es un acto que pasa desapercibido y al que pocas veces se le presta la atención que merece, se da por sentado. Ser conscientes de la respiración y preocuparse por hacerlo bien puede convertir este proceso de subsistencia en una fuerza vital, una herramienta para conseguir mejor salud, serenidad y paz mental.

Respirar bien se trata de recordar más que de aprender. Los bebés lo hacen de forma correcta, pero con el tiempo, el estrés, los malos hábitos y las posturas incorrectas el proceso cambia y se llena de comportamientos perjudiciales. Una respiración sin ritmo, con poca entrada de aire y utilizando solo la caja torácica puede producir cansancio y somnolencia, disminuir la eficiencia de la circulación sanguínea, contribuir a la acumulación de toxinas en el cuerpo y en general hacer que captemos menos aire del necesario.

¿Qué es respirar bien y para qué sirve?

Respirar bien es asegurar que el aire que inhalamos sea el suficiente, que llegue a los lugares a donde se supone que debe llegar y que el proceso tenga un ritmo adecuado a la actividad que estemos realizando.

Para respirar correctamente debemos utilizar el diafragma, que es ese tejido que separa la cavidad torácica de la abdominal. Al usar esta respiración diafragmática o abdominal transportamos gran cantidad de aire a la zona baja de los pulmones, que es la que tiene más capacidad, por eso obtenemos una mejor ventilación, más captación de oxígeno y una eliminación más eficiente de toxinas con la exhalación.

En otro aspecto, no menos importante, el movimiento del diafragma también activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de provocar o mantener un estado corporal de descanso o relajación, algo ideal para alcanzar paz y tranquilidad en momentos de tensión.

¿Cómo respirar usando el diafragma?

Para respirar bien es recomendable hacer sesiones de entre tres y cinco minutos de duración en las se tome conciencia del proceso. Es fácil y con los siguientes consejos no tendrás posibilidades de fallar.

  • De pie, acostados o sentados, no importa, lo importante es asegurarse de mantener la columna vertebral recta. Más adelante podrás practicar mientras haces alguna actividad física
  • Así parezca obvio es importante empezar por la nariz, el aire debe entrar por allí y no por la boca.
  • Al iniciar la respiración trata de dirigir el aire hacia la zona baja de los pulmones, al hacerlo notarás que el abdomen se infla, una señal que te servirá de guía para saber si lo haces correctamente.
  • Conserva un par de segundos el aire en los pulmones, sin presiones.
  • Exhala lentamente, relajando el abdomen y dejando salir el aire por la boca, la exhalación debe ser un poco más lenta que la inhalación.
  • Espera unos segundos con los pulmones vacíos antes de sentir nuevamente el impulso de inspirar, hazlo lenta y profundamente, repitiendo el ciclo mientras te relajas.

Repetir este sencillo ejercicio con frecuencia modificará paulatinamente la forma de respirar, con el tiempo te darás cuenta de que utilizar el diafragma ocurrirá de manera casi automática, natural, sin que te esfuerces para lograrlo.