La memoria: qué hace que olvidemos algunas cosas?

Publicado por: @lnkvrd el 7 abril, 2015
memoria

A todos, en algún momento de la vida, nos ha pasado que olvidamos algún evento, alguna fecha, una persona o un nombre. Como si perder la memoria aunque sea a ratos, fuera un asunto de los de la tercera edad, irónicamente olvidamos que nos puede pasar a todos y es allí cuando empezamos a valorarla un poco más.

La memoria funciona diferente en hombres y en mujeres, en niños y en ancianos, depende también de nuestro estilo de vida, la forma en que nos alimentamos y el ritmo de vida que llevamos. Podemos estimularla, trabajarla y hacer cosas para en lugar de perderla más, recuperarla un poco y mejorarla.

Olvidar, se debe a muchos factores y algunos pueden parecer extraños si nos ponemos a pensar, o a recordar? Se han hecho como es habitual, muchos estudios científicos en los que por medio de pruebas se obtienen resultados increíbles, se comprueban teorías e incluso se dejan más preguntas por contestar. Uno de esos estudios reveló como circunstancias de nuestro entorno, facilitan el olvidar las cosas. Un ejemplo de ello es que si estamos en un lugar, digamos la casa de una persona X, al cambiar de estancia, pasar por la puerta, la «escena» que nuestros ojos ven cambia, y por lo tanto si queremos recordar detalles de lo que vimos en la estancia inicial, se nos hará más difícil. El cerebro lo interpreta como una ilusión, organizando los objetos, colores, personas en un espacio físico determinado.

No es raro que no recordemos varios, o muchos, episodios de nuestra infancia, aunque varía de persona a persona se nos pierden hechos ocurridos antes de los cinco años por ejemplo. Al parecer se nos presentan como flashes o pantallazos rápidos de un momento vivido pero que no es claro o completo.  Según estudios al respecto, se ha encontrado que a medida que nuestro cerebro va creciendo, se va desarrollando, y en la creación de nuevas células los recuerdos se van perdiendo, algo como archivos viejos que van siendo remplazados por unos nuevos.

La forma como enfrentamos las situaciones que nos ocurren a diario puede afectar el recordarlas en un futuro. Por ejemplo las personas que tienden a ser dispersas, generalmente piensan en una cosa cuando están en medio de una conversación, y se enfocan en otra diferente al mismos tiempo, pueden cambiar de tema y olvidar lo que se les está contando. De esta manera lo que se haya dicho en dicha conversación, puede ser fácilmente olvidado. Una atención más enfocada en las conversaciones, o incluso en eventos más sencillos como ver una película o escuchar una canción, lograrán fijarse mejor en nuestra memoria.

A veces funciona muy bien asociar algo que nos interesa y queremos que no se nos olvide, con algún objeto o lugar. Repetirlo varias veces, pensar en ello o investigar un poco más, ver la película que se hizo del libro en el que se basa y ya leímos, reforzará la información en nuestro cerebro.

Perder los recuerdos resulta inevitable, pero la buena noticia es que podemos hacer algo para evitarlo, todos los días del resto de nuestra vida. Ejercicios de estimulación de la memoria, la lectura, diferentes hobbies y una alimentación adecuada preparan nuestro cerebro no para una memoria de elefante, peor sí para una que no permita olvidar nuestros momentos favoritos.