S.O.S Cómo limpiar una herida? Te enseñamos!
Todos los días podemos aprender algo nuevo, y aunque no todo el conocimiento que vamos adquiriendo con el tiempo es igual de útil, hoy tenemos una serie de consejos que te pueden servir mucho. Hablamos de los pasos correctos que debes seguir, para curar una herida que muchas veces nos toma por sorpresa, a veces es ligera y en ocasiones puede ser grave. Toma nota.
Lo primero es identificar la gravedad de la herida, pues la rapidez con que actúes determina el éxito de la recuperación de la misma. Existen aquellas que son leves, algo superficiales y puedes limpiar con facilidad en casa, pero también están aquellas que son más profundas y pueden requerir de suturas, así que valora lo más rápido posible el tipo de herida al que te enfrentas.
Antes de tocar a la persona en el lugar de su herida, necesitas lavar tus manos, pues entrar en contacto con una zona expuesta aumenta las posibilidades de que tu la puedas infectar. En este punto ya es evidente si la herida sangra o no, y de que manera lo hace, si a chorros y descontroladamente o de forma leve. Lo primero es que consigas una gasa, o pañuelo en extremo limpio y que no suelte pelusa como el algodón, y le hagas presión para intentar detener la hemorragia. Trata en lo posible de no tocar la sangre con tus dedos, si no solamente hacer presión por unos minutos para que deje de salir sangre. Cuando se ha detenido, el siguiente paso es limpiar la herida y la piel alrededor.
Para esto, puedes poner bajo el chorro de agua fría la parte afectada, o recurrir a una gasa mojada y pasarla por la herida primero, y luego por fuera. Seca la herida también con un pañuelo limpio o gasa. Luego aplica algún antiséptico de los que son a base de yodo, y empieza dentro de la herida hacia afuera, para retirar los cuerpos extraños que pueda haber al interior. Olvídate del alcohol que puede resultar muy irritante y otras sustancias que pienses aplicar directamente a la herida. Cubre con gasa y esparadrapo para evitar contacto con cualquier objeto y que se lastime por ello. Revisa cada tres a cuatro horas la evolución de tu herida y has los cambios de vendajes y curaciones necesarias.
Ahora, bien, estas heridas son leves o no requieren mayor urgencia, pero si notas algo más grave debes acudir a emergencias rápidamente. Por ejemplo, si la herida no para de sangrar aún cuando has hecho presión, si hay objetos al interior que no sabes como extraer, si es producto de la mordida de algún animal, si es demasiado profunda o no tienes claro la profundidad para saber si requiere de puntos de sutura. Estas señales pueden indicarte que es mejor no resolverlo por ti mismo si no cubrir la herida con un pañuelo limpio mientras recorres el camino al hospital y ponerla en manos de los especialistas en emergencias como estas.