Cuerpo sano: que es el Hammam?
Aunque hasta ahora estemos empezando el año, no quiere decir que no experimentemos momentos de intenso estrés, y si las vacaciones nos ayudaron bastante, es verdad, pero nuestras rutinas y el volver al trabajo, el estudio nos pasan factura al final de cada semana. No hay necesidad de esperar a mitad de año o al momento de los viajes y vacaciones para sentirnos que por fin tomamos un descanso o que nos debemos un rato de mimos. Te proponemos que al menos una vez al mes te dediques un rato para relajarte, desestresarte y te renueves física y mentalmente.
El Hammam no es más que un baño de vapor, similar al sauna, pero no es necesario que lo tomes una vez hayas terminado tu sesión de ejercicios habitual. Si durante la semana sientes que el cansancio te gana, reserva varias horas en cualquier gimnasio para tomar el Hammam, pues ya muchos cuentan con estas sesiones y te pueden brindar la atención que necesitas.
Para tener una experiencia Hammam positiva y que de verdad te haga efecto, necesitas prepararte mentalmente también. Tu actitud y disposición deben ser totalmente positivas y necesitas abrir tu mente para que logres mejores resultados. Empieza por tomar una buena ducha para ir soltando tus músculos, el contacto con el agua previamente limpia tu piel y es siempre saludable. Luego puedes entrar al salón de sauna y escoge el mejor lugar para sentarte o recostarte. Vapor entre 45 y 50 grados y entre 10% y 15% de humedad. Empieza con los ojos cerrados a vaciar tu mente, dejar de lado los problemas y preocupaciones, mientras el calor se vuelve intenso, puedes compensarlo con la humedad que lo hace más soportable.
La idea es pasar de una sala a otra, en donde sentirás que el calor se intensifica, pero te ayuda increíblemente ya que distensiona los músculos, y esto hace que te sueltes y relajes mucho más. Aparte es súper efectivo para tu piel, ya que abre los poros y limpia en profundidad. Cambia continuamente de sala, siéntate en diferentes sillas o toma una ducha, en algunos disponen de tinas para que te refresques mientras pasas de una sala a otra. Recuerda que la intensidad del calor aumenta de una a otra, así que tómalo con calma.
Puedes llevar todo lo que creas necesario para tu cuidado, aunque generalmente en los spa o centros donde presten el servicio de hammam venden los productos. Esponjas, guantes exfoliantes, cremas, esencias, aceites y demás que puedes usar durante tu proceso para ayudar a tu piel. Al final date una ducha de agua tibia/fría para refrescarte antes de irte a casa y retomar tu vida.