Qué son las enfermedades psicosomáticas?
Hablamos de enfermedades cuando tanto el cuerpo como la mente padecen de ciertos síntomas y desarrollo de condiciones de las cuales en la mayoría de los los casos, se conoce su origen o causa. Las que son de tipo psicosomático se presentan cuando un factor sicológico interviene en el proceso, por lo que muchas muchas veces los dolores que una persona siente son muy reales, aunque vengan mediadas por alguna condición mental. Existen casos en los que se trata simplemente de manifestaciones físicas que no evolucionan a una enfermedad real, pero en otros si son el principio, y aunque vengan cargados de un antecedente psicológico, si pueden ser causa de algo más grave o de consideración.
Seguramente conoces o has sabido de alguien a quien llaman hipocondriaco, y son dos tipos de persona diferentes. Estos se caracterizan porque casi siempre dicen padecer alguna enfermedad. En muchos casos padecen síntomas de alguna enfermedad que han escuchado que alguien sufre, o coincidencialmente tienen una cantidad de síntomas que se aplican a varias enfermedades y dicen padecerlos a diario, aún cuando no han sido confirmados por un médico y son capaces de automedicarse y parece que disfrutaran tener tantas dolencias. Una persona psicosomática puede someterse a exámenes que en muchos casos corroboran su condición.
Podríamos explicar un poco mejor como sucede con ejemplos reales un episodio psicosomático. El estrés, al que solemos no prestarle mucha atención, puede empezar siendo muy leve hasta convertirse en un problema que nos afecta físicamente y de manera grave. Vivir un duelo, una ruptura amorosa complicada o una fuerte depresión generan un desequilibrio en nuestro sistema de defensas, y nos deja vulnerables ante una simple gripe o complicaciones de la misma.
Por culpa de los nervios, la ansiedad y la preocupación, empezamos a adoptar hábitos como el no dormir lo suficiente, o saltarnos comidas que empeoran nuestra fuerza y vitalidad, también disminuimos el contacto social lo que nos vuelve más solos y abriendo la posibilidad de ratificar nuestras afecciones tanto emocionales como físicas. El cansancio extremo, el aumento del consumo de tabaco y alcohol, los dolores de cabeza fuertes son todos pequeños síntomas a los que hay que prestar atención por más que no se manifiesten como peligrosos.