La alternativa ecológica para la higiene femenina
Hay una forma nueva de vivir la menstruación, más sana, menos costosa y más ecológica. En realidad, la copa menstrual se inventó en los años 30, pero quedó opacada por los productos sanitarios descartables que empezaron a fabricarse a partir de esa época.
Las toallas higiénicas contienen celulosa y fibras de algodón que se blanquean para dar sensación de pureza e higiene. Los tampones requieren usarlos con precaución para evitar el llamado síndrome de shock tóxico o las infecciones vaginales. Ese miedo ha llevado a muchas mujeres a optar por un invento llegado del Reino Unido. Se trata de una copa vaginal hecha de suave silicona y una alternativa a los más de 10.000 tampones y compresas que llegan a utilizar las mujeres en su etapa fértil.
Con las copas menstruales muchas mujeres han dicho adiós a los tampones y toallas higiénicas. La copa vaginal permite recoger el flujo menstrual sin pérdidas, ni malos olores, adptándose de forma perfecta a las paredes vaginales. Está diseñada en forma de campana invertida y permite recoger el flujo menstrual. Su composición, a base de silicona natural, tiene una duración de 10 años y basta con lavarla para poder usarla de nuevo.
La silicona natural es hipoalergénica, es suave y no molesta. Tampoco se nota y, gracias a los músculos de la vagina, no se mueve. Es segura en actividades deportivas y que exigen gran movilidad del cuerpo. No puede causar pérdidas puesto que se adapta a la perfección al cuello del útero y es tan fácil de manejar como un tampón.
- Es una copa en forma de campana, de unos 5 cm. de longitud.
- Elaborada con silicona médica no alergénica. La silicona es un compuesto orgánico derivado de la arenisca.
- E capaz de contener hasta 28 gr. de líquido
- No contiene geles absorbentes o desodorantes ni blanqueadores.
- No interfiere con el delicado entorno vaginal ni existe riesgo de padecer el síndrome de shock tóxico por estafilococos característico de los tampones.
- N absorbe las defensas naturales ni deja fibras en la pared vaginal.
- Se limpia tras finalizar un ciclo de la misma forma que los productos para bebés: mediante líquidos esterilizadores, mediante ebullición, o simplemente en el lavaplatos.
Existen dos modelos uno indicado para mujeres que han dado a luz mediante parto vaginal y tienen más de 30 años y otro para mujeres que nunca han tenido un parto vaginal y tienen menos de 30 años.
Los productos y la forma actual de entender la higiene femenina, basados en productos de usar y tirar, generan un importante problema ambiental. En su mayoría, además, contienen productos tóxicos para el medio ambiente e incluso para ciertas personas con sensibilidad química.
La copa vaginal es una alternativa para no contaminar el organismo con sustancias que pueden causar problemas de alergia y hormonales, porque no contiene geles absorbentes o desodorantes ni blanqueadores, por lo que no interfiere con el delicado entorno vaginal. Como cualquier novedad, su uso requiere una mínima práctica hasta encontrar el ángulo y posición adecuados. Tras ello, su uso es muy simple. Basta con vaciarla, enjuagarla y secarla, y ya está lista para su uso. Se puede llevar durante la noche y a la hora de practicar deportes (incluso natación).
En un principio la idea de utilizar una copa menstrual puede no resultar atractiva. Parece engorroso, incómodo o poco higiénico. Todo es acostumbrase, lo mismo pasaba al principio con los tampones, incluso con las toallas higiénicas para nuestras madres. Pero siempre resulta un reto experimentar con nuevas ideas, en especial si sus ventajas son tan importantes que es imposible ignorarlas. Sin duda, la mejor forma de convencerse es probándolo. La copa menstrual es una alternativa a las toallas sanitarias y tampones desechables, que además de ser segura y rentable, es respetuosa con el medio ambiente. Una alternativa para cambiar de hábitos y convertir la feminidad en algo que no contribuya a dañar el medio ambiente.
