Clima: pasemos de la irresponsabilidad a los actos!!
La Tierra se recalienta, peligrosamente. El viernes 27 de septiembre, Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC) confirmó una evidencia que sólo genera dudas en las mentes de aquellos que se niegan a mirar la realidad de frente y niegan a los científicos la seriedad de su trabajo. El quinto reporte del IPCC agrava el diagnóstico realizado en 2007.Así, según el texto, el clima del planeta se aventura lentamente hacía un calentamiento que podría alcanzar 4,8º centígrados al final de este siglo. Lo que podría conducir a un alza del nivel de los océanos de casi 1 metro.
Se trata de un escenario negro, que podría suceder si los gobiernos no toman las medidas necesarias para invertir la curva de emisiones contaminantes. Será, esperemos, evitado, pero podría pasar. El nuevo grito de alarma del IPCC ha desencadenado una lluvia de declaraciones políticas más proactivas las unas de las otras. En este concierto de voces llamando a la acción se oye sin duda aquella de Estados Unidos, donde el secretario de Estado John Kerry pidió “más cooperación y compromiso diplomático”. Pero no debemos ser ingenuos. El cambio climático no es una cuestión de conocimientos. Los científicos han hecho su trabajo. Los políticos disponen de elementos para ejercer sus responsabilidades. Hasta ahora han sólo dado lindos discursos, aunque no es solamente el “futuro del planeta” que está en juego, sino sobretodo el de las generaciones futuras, comenzando por los niños que nacen hoy.
Negociaciones internacionales están en curso. Nadie más presta atención. Después del fracaso de la conferencia de Copenhage en 2009, se ofrece el espectáculo del punto muerto al que conduce el multilateralismo cuando los grandes jugadores (Estados Unidos y China) se niegan a cooperar. Esto podría cambiar. Los dos mayores contaminantes dieron señales. Pero las discusiones no deben quedarse confinadas en las paredes de la convención de la ONU sobre el clima, que sólo reúne a los ministros del ambiente, donde el peso de la política es cercano a cero en sus países.
Está también en nuestras manos poner el granito de arena que salvará a nuestro planeta de su autodestrucción. Realizando actos sencillos ecológicos podemos ayudar a detener el calentamiento global y las consecuencias del cambio climático.
