La verdad acerca de las cosquillas

Publicado por: @lnkvrd el 9 enero, 2014
Cosquillas

Podemos decir casi con total seguridad que las cosquillas son de las primeras sensaciones que experimentamos desde que somos bebés, y es que nuestros padres y cualquier adulto alrededor de un bebé lo que más quiere es verlo reír, por eso acude a estimular las partes del cuerpo en las que a la mayoría de personas hace desatar múltiples carcajadas. Y si, nos produce risa pero sabemos que es diferente a la risa que nos da cuando vemos una película de comedia, o nos cuentan un chiste, etc. Las cosquillas parecen insoportables muchas veces y pareciera que vamos a morir en un ataque de ellas, pero qué es lo que ocurre en verdad?

Reír es muy sano, todos lo sabemos, sólo con una sonrisa estimulamos una cantidad increíble de músculos faciales que no pensaríamos, ahora riendo el efecto es mayor. El cuerpo genera serotonina, la llamada «hormona del humor», que nos hace sentir plenos, relajados y felices. Luego de una carcajada lo último que sentimos es agresividad y tensión, todo lo contrario, ésta hormona evita la aparición de estrés y ansiedad. Ahora bien, cuando se realizaron estudios a personas que se les contaban historias chistosas y además se les hacía cosquillas en los pies, se encontró que ésta última acción provocó una reacción en la zona que responde a la lucha y la defensa. Por ello no es raro encontrar que cuando nos atacan a cosquillas siempre pedimos que paren, nos sofocamos muchas veces y ni podemos hablar. La sensación siempre es la detener a la otra persona y evitar que siga. Sabemos que cuando algo nos gusta y lo disfrutamos, lo último que queremos es detenernos, pero de ahí vienen las adicciones al chocolate, las drogas, los deportes extremos, el licor, el cigarrillo, etc, aunque ésta no podría convertirse en adicción porque simplemente no podemos hacernos cosquillas nosotros mismos. Te imaginas ir pidiéndole a la gente que por favor te haga cosquillas todo el tiempo? No funciona de ese modo…

Dado que la persona que recibe las cosquillas asume una posición sumisa, de defensa ante un posible dolor, o ataque, si intentamos hacernos cosquillas a nosotros mismos, nuestro cerebro ya sabe y anticipa que no hay porque defendernos de nada, puesto que nosotros mismos no nos atacaríamos voluntariamente, es por ello que si lo intentamos, no hay reacción alguna más que la de estar tocando la planta de nuestros pies.

Aún así, con moderación, es una de las mejores sensaciones corporales que hay además de sanas, pues la circulación, los músculos y nuestro cerebro mismo trabajan en ese mismo instante. A reír!