Los estragos de la deshidratación
Muchas personas, y a diferentes edades han experimentado lo que es la deshidratación, esa falta de agua en nuestro organismo que causa estragos y puede ser más grave de lo que creemos. Tal vez hayas visto esos programas de supervivencia en los que hay personas que se enfrentan a pasar días en ambientes inhóspitos, con dificultades para dormir, alimentarse o encontrar agua. Pues bien, esa es una situación extrema, pero ejemplifica muy bien que tu cuerpo sufre en exceso cuando pasas varios días sin recibir el líquido vital.
A lo largo de la vida podemos sufrir deshidratación por diferentes causas, por ejemplo los niños al presentar apatía al recibir agua, y manifiestan debilidad, ojeras o la piel seca. Se puede acudir a diferentes estrategias, como preparar jugos de frutas en bastante agua, o picar frutas que contengan alto porcentaje de agua, entre otras la sandía o el melón. Una alimentación balanceada con todos los minerales necesarios para un niño son fundamentales para evitar complicaciones. Ahora si lo que el niño presenta físicamente es peor, como vómito o mareo, debe consultarse al médico para tomar medidas más eficaces.
Los adultos también están expuestos a este mal, por ejemplo cuando están de vacaciones en la playa y han pasado varias horas expuestos al sol. Los síntomas que se presentan son mareos continuos, náuseas, vómitos y malestar general. En estos casos es recomendable que se mantenga a la persona en un lugar fresco, bajo constante consumo de líquido, y mucho mejor si es suero que ya se vende en las farmacias incluso con sabores a frutas, para facilitar su consumo por parte de los niños. Si las condiciones empeoran, como el que se presente pérdida de la conciencia o convulsiones debe llevarse a la persona a urgencias de inmediato para que se atienda con rapidez.
Otra situación en la que se puede presentar este molesto mal, es al tener diarrea. Muchas veces comemos algún alimento en descomposición o al que simplemente le generamos alergia de algún tipo. Las personas que padecen de gastroenteritis por ejemplo son más delicadas y deben suspender alimentos como la leche, lo picante o las frutas demasiado ácidas. Es fundamental identificar el alimento que se consumió para estar seguros de la causa de la posible infección, eliminarlo y poder ingerir cosas suaves, que no sean ostigantes, pesadas, picantes, si no algo como caldos, galletas de soda, frutas que contengan mucha agua y con esto pueda dársele la información completa al médico, en caso de empeorar.
Antes de enfrentarse a climas en extremo cálidos, es esencial proteger a los niños y toda la familia con gorras, bloqueadores solares y el consumo constante de líquido, en especial agua. Tratar de permanecer a la sombra y no quedarse bajo el sol por mucho tiempo sobre todo en las horas del medio día. También en el caso de los alimentos, fijarse en las fechas de expiración, estar especialmente atentos del estados de pescado y mariscos y también el pollo, que resultan muy delicados si no se les maneja bien.
